Mujeres en el Mundo del Golf

La presencia de mujeres en los clubs de golf data de mediados del siglo XIX.

Empezó a practicarse entre las damas de alta sociedad, con reglas un tanto particulares.

Era considerado poco delicado elevar el palo por encima de la altura del hombro, y la vestimenta utilizada, una amplia falda sujetada a la pierna por encima del tobillo con cintas elásticas, limitaba en gran medida los movimientos.

Esta indumentaria y comportamiento tan recatado no duró mucho tras la creación de la Unión de Mujeres Golfistas de Irlanda en 1893, reconocida como la unión más antigua de golf femenino de todo el mundo.

También en 1893, las mujeres americanas de los miembros del Shinnecok Hills Club convencieron a sus maridos para que les construyeran un campo aparte de nueve hoyos.

Cada vez que los hombres se negaban a compartir sus campos o a construir nuevos para las mujeres, éstas creaban el suyo propio.

En 1894, un grupo de mujeres fundó su propio club con un campo de siete hoyos en Morristown, Nueva Jersey.

La primera mujer superestrella del golf británico fue Charlotte Cecilia Pitcairn Leitch, que llegó a las semi finales del Torneo Amateur de mujeres con 17 años y ganó un total de 12 títulos en Inglaterra, Francia y Canadá.

La primera profesional femenina del golf español fue la vizcaína Elvira Larrazaval, que en 1958 también se convirtió en la primera mujer con licencia profesional femenina para ser maestra de golf en España. Dicha licencia le fue concedida por la Federación Española.

Elvira, hija del profesor de golf Ángel Larrazabal, fue la gran referencia del golf femenino español en una época en la que las mujeres tenían muy complicado abrirse paso en el mundo del golf.

Tras la II Guerra Mundial, los premios en los torneos de mujeres apenas alcanzaban para cubrir gastos. Hoy en día, las estrellas internacionales de golf femenino pueden obtener mucha fama y dinero, aunque no tanto como los hombres.

Probablemente el origen de estas diferencias estén causadas porque el público, la audiencia de este deporte es mayoritariamente masculino y las marcas y patrocinadores se enfocan a este tipo de cliente, pero con el tiempo iremos derrumbando estas barreras para hacerlo un deporte mucho más igualitario.

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